No sé si esté de acuerdo con el día de la mujer. Tampoco con escribir mi opinión sobre el tema. Siempre me debatí entre la idea de si se debía de “celebrar” una fecha para las “mujeres” o de si “celebrar” era una forma de “disminuir”. Me pongo a pensar en todas las mujeres que mueren cada día en Latinoamérica a manos de sus parejas o ex parejas y me da grima, rabia e impotencia. No sé qué hagan en otros países para contrarrestar esta epidemia, pero creo que en República Dominicana se podría hacer más.
Hoy despierto con el recordatorio de que —según un estudio divulgado por el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo— mantenemos una alta tasa de feminicidio: de 150 a 200 por año, durante los últimos 10 años. Cada vez que veo en las noticias que otra mujer murió asesinada se reafirma mi teoría de que “nos están matando como moscas”, acabando con la sociedad al mismo tiempo y haciéndonos ver, a puñetazos, que la vida en este pedazo de isla vale muy poco.
Un día como hoy también me gusta pensar en los hombres. En qué los motiva a ahorcar, envenenar, quemar, apuñalar o acribillar, generalmente frente a sus hijos e hijas que a su vez sufren un enorme trauma al presenciar la muerte de manera tan cruel. Infantes que también sufren el abandono de las autoridades y de la sociedad en general. Que crecen en un entorno incierto, lleno de peligros y de dolor.
¿Qué pasa con los hombres de nuestros países? ¿Por qué tanta violencia y tanta saña? ¿Fomenta la sociedad a fomentar esa cultura machista? ¿Contribuye el Estado con las pocas oportunidades que se les da a ese género? ¿Cómo podemos ayudarles a sanar a poder desarrollarse como personas y no sentirse dueños de otras? ¿A no quedarse relegados?
Son muchas preguntas las que tengo, pero mi decepción generalizada me lleva a sentirme desencantada e inútil no poder responderlas.
Considero muy oportuna tu reflexión. En lo particular no estoy de acuerdo con la celebración del día, sin embargo reconozco que sirve para darle relevancia a algunos temas a nivel público. Creo que en República Dominica el camino a recorrer es largo y que el estado puede destinar mas recursos para mejorar la calidad de vida de todos y disminuir la violencia.
Gracias por sus comentarios! Gracias por visitar este espacio y por contribuir con sus opiniones a visibilizar este tema. 💜
Gracias Indhira prob compartir tu reflexión. En mi opinión el 8 de marzo es un día marcado en el calendario para levantar la voz y hacernos escuchar cuando todos ponen atención. Por ejemplo, el equipo femenino de soccer USA ha puesto el día de hoy una demanda por discriminación de género. Su demanda tiene más impacto un 8 de marzo que cualquier otro día del año. El problema del equipo femenino de soccer no se compara con el feminicidio que sufren nuestros países en América Latina. Muchos países ya tienen legislación e instituciones para proteger a las mujeres de la violencia. Es un largo camino por andar pero tu activismo, tu voz y tu sabes reflexiones son ya un aporte…
Este artículo me lleva a cuestionar algunos aspectos del tan mencionado día, sin emabargo, solo haré hincapié en uno. Celebrar este día es señal de que un sector quiere ser visibilizado, y si esto pasa, es por que dicho sector aún no es reconocido.
Los recursos del estado invertidos en el 8 de marzo deberían ser utilizados en más campañas para la formación de niños. Haciendo posible una educación que les permita ver un sentido de masculinidad diferente. Sin embargo, estos recursos son de más provecho para el estado, siendo utilizados en seudo celebraciones sobre el empoderamiento femenino que en hechos realmente eficaces.
Las mujeres deben replantear el tipo de reconocimiento que en realidad desean, para que así no terminen…
Un día no exenta las agresiones, violencia, muerte, culpa y demás que nos han arrojado encima. Para mí que seas bueno un día, pero los demás seas un perro conmigo, no me basta. Dios creó a la mujer para ser ayuda del hombre, no para ser muleta ni tampoco saco de boxeo. A nosotras se nos debe de cuidar, respetar y amar. Aunque de cuidar debo de aprender eso, porque esta vena de ser independiente me late muy fuerte.